La gota es la artritis más frecuente del adulto, afectando mayoritariamente a hombres. Se produce por un aumento del ácido úrico en sangre, que se deposita en articulaciones y tendones a lo largo del tiempo de forma asintomática. Al principio, la gota produce una artritis de una o pocas articulaciones, que aparece de forma rápida y muy dolorosa, mejorando en menos de una semana. Con el tiempo, los episodios de inflamación y las articulaciones aumentan.
Podemos diferenciar dos momentos clave en la gota, el brote agudo y la gota crónica. El brote agudo es cualquier episodio de inflamación articular o peri-articular secundario al depósito de ácido úrico. La gota crónica, también llamado periodo intercrítico, es el tiempo transcurrido entre los brotes agudos, momento clave para controlar los niveles de ácido úrico.
El ácido úrico tiene un papel muy importante también en el desarrollo de hipertensión arterial e influye en el aumento del riesgo cardiovascular. Por lo tanto, un correcto control de los niveles de ácido úrico es muy importante, siendo el objetivo del tratamiento conseguir cifras, al menos, menores de 6 mg/dl.
Los tratamientos incluyen una correcta dieta libre en purinas (libre de cerveza, carnes rojas, pescados azules y marisco entre otros alimentos), buen control del peso y ejercicio físico de forma habitual. En muchos casos, es necesario el uso de fármacos que reduzcan los niveles de ácido úrico. Pautas de tratamiento antiguas, como el uso de colchicina como anti-inflamatorio en los brotes agudos, han dejado de utilizarse, disponiendo de un mayor número de fármacos útiles en el manejo de la gota.
Si tienes dudas, preguntas o ya estas diagnosticado/a de gota, pide cita con un reumatólogo.